domingo, 24 de mayo de 2009

Mi confrontación con la docencia.

Estudie la carrera de Ingeniería Química en procesos, en el periodo de 1979 a 1986.
Siendo estudiante de profesional, en el año de 1982 me vi, en la necesidad de trabajar, presentándose la oportunidad, de que el plantel CBTis 164, iniciaba sus labores y como director de este, el Ing. Eduardo González González, docente que me impartió la materia de dibujo en el bachillerato, acudiendo a el, le solicite trabajo y me dio la oportunidad de colaborar en esta institución y fue así entonces que me inicie como docente.
Durante mis años de docente he sido formador de varias generaciones y entregado a la sociedad jóvenes que se ha incorporado al sector productivo o las instituciones de nivel superior, esto me hace sentirme que soy parte importante de la sus vida.
El ser profesor, lo considero como una de las profesiones más nobles y revolucionarias, ya que es mediante esta a través de la cual se pueden lograr cambios sociales, políticos y económicos a nivel local, regional, estatal y nacional, al estar contribuyendo a la formación de los hombres del mañana, quienes en la medida de su educación obtenida, podrán modificar su realidad, esto debe ser motivo de reflexión por parte del profesor, quien debe detenese a meditar la trascendencia de esta profesión.
Además es gratificante debido a que si el deber cumplido se realiza de manera consciente y eficiente, esto traerá consigo grandes satisfacciones cuando con el correr de los años, vemos a quienes fueron nuestros alumnos como excelentes profesionistas, trabajadores y sobre todo, padres modelo en la formación y educación de sus hijos.
Algunas satisfacciones obtenidas durante estos años de servicio, es el hecho del reconocimiento por los padres de familia, así como de gran parte de la sociedad y de los exalumnos, hoy profesionistas o padres o madres de familia, sin embargo también se llegan a dar insatisfacciones, cuando algunos alumnos llegan a truncar sus estudios por diferentes razones, de la misma manera cuando me encuentro por la calle a quienes después de algunos años de haber sido mis alumnos, su comportamiento hacia mi persona se da de una manera un tanto indiferente.
Hasta luego

1 comentario:

  1. Leobardo, respeto tu labor docente y me alegra que lo consideres una profesión noble y revolucionaria. Efectivamente creo que trasciendes en la vida de tus alumnos y también comparto contigo esa extraña, un tanto amarga, experiencia de ser tratado con indiferencia, como si les debiéramos algo. Mucho he pensado el porqué de esta actitud, sobre todo cuando tienes alumnos que te presentan a su conyuge e hijos. ¿No será que están conscientes que no dieron todo lo que tenían por dar y sienten que nos deben algo? Quien sabe. Lo importante es seguir preparándolos lo mejor que podamos para que ellos hagan frente a este nuevo futuro que tienen por delante.
    Un saludo y continua con tu labor.
    Daniel

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